Marvel Studios trae de regreso al cuarteto más icónico de los cómics con Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos, una apuesta arriesgada que mezcla drama familiar, acción cósmica y un estilo retrofuturista que la hace diferente a cualquier otra cinta reciente del estudio.

Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos
Desde los primeros minutos, la película nos lanza directo a la acción sin perder tiempo en el clásico “origen” del equipo. Reed Richards (Pedro Pascal), Sue Storm (Vanessa Kirby), Ben Grimm (Ebon Moss-Bachrach) y Johnny Storm (Joseph Quinn) ya son héroes establecidos en la Tierra-828, un universo alternativo que luce vibrante y totalmente vivo. Esta decisión narrativa puede descolocar a algunos, pero también es parte de su encanto: la historia arranca con un mundo ya construido y lleno de personalidad.
El tono combina comedia ligera con un trasfondo mucho más íntimo: la familia. La cinta revela que Sue está embarazada, lo que introduce un giro emocional inesperado en medio de la amenaza más grande que el grupo haya enfrentado: la llegada de Galactus (Ralph Ineson), el devorador de mundos, anunciado por la misteriosa Silver Surfer (Julia Garner).
Más allá de los efectos espectaculares y la acción espacial, Primeros Pasos se centra en un dilema humano: ¿qué significa ser héroe cuando lo que está en juego no es solo la Tierra, sino tu propia familia? Reed Richards, usualmente el genio imperturbable, se enfrenta a la posibilidad de perderlo todo. El sacrificio, el miedo y el amor paternal se convierten en el verdadero corazón de la historia.
Con un reparto de lujo, un diseño visual lleno de nostalgia y un guion que arriesga más de lo que acostumbra Marvel, Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos no es una película perfecta, pero sí un inicio refrescante que abre la puerta a una nueva era para el estudio. Es tanto un espectáculo de superhéroes como un drama familiar que entiende que el mayor poder es también el más frágil: proteger a los que amas.
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